Las pandillas

El estudio que entregó el IMAJ consta de 78 páginas que incluyen gráficas y encuestas con jóvenes tomadas de la Encuesta Nacional de la Juventud del 2005, extractos de investigaciones realizadas por Rogelio Marcial, académico de El Colegio de Jalisco, especialista en temas de juventud, y una encuesta que realizó el organismo este año.

Según el IMAJ, y de acuerdo con un estudio de la Dirección de Seguridad Pública tapatía, en Guadalajara existen actualmente 144 pandillas con integrantes de edad mixta y sin distinción de género. En total habría 3 mil 710 jóvenes activos en 65 colonias de la ciudad.

Las colonias con mayor incidencia de pandillas son Oblatos, Insurgentes, Tetlán, Rancho Nuevo, Cuauhtémoc, El Retiro, El Sauz, El Fresno y Santa Cecilia.

Según el informe, 86 pandillas se dedican a alterar el orden y al grafiti; 12, al robo de vehículos y autopartes; 10, al consumo de enervantes y riñas; 10, al consumo, compra-venta de enervantes, robo de vehículos y casa-habitación, y seis al robo de transeúntes y negocios.

Las pandillas identificadas con mayor número de integrantes son Callejón 21, Halcones, Los Florencia, Los Ocho, Los Pobreros, Los Huescos, Los Topos, Los Venenos, Esquina Tres (TLS), Los Pelamuertos, Los Sombrereros, 3RH (Controlando la Raza Humana), Los Jaguey, Los CB’S (Centro Barrial), C7VL (Clínica 7 Vatos Locos), Los Primera Sur (1-13), Los Dan, Los Chenos, Los Morrales, Barra 51 y Guadalupana. Se menciona además como subgrupos o tribus urbanas a los taggers, emmos, darks, skatos, rastafaris y punks.

En el documento se sostiene que el proceso de ingreso a una pandilla inicia en la familia, cuando los jóvenes comienzan a imitar las actitudes de otras figuras que se vuelven cada vez más frecuentes y por mayor tiempo.

“A pesar de que es difícil saber en qué momento se da la ruptura entre el adolescente y su familia, normalmente se suscita un evento que es el detonador del ingreso a un grupo barrial, mas no el causante”, señala.

En el informe se asegura que en total se realizaron 200 encuestas; de éstas, cien fueron dirigidas a jóvenes y ex pandilleros y las cien restantes se aplicaron a los colonos de los barrios con mayor incidencia. Las encuestas dirigidas a los jóvenes fueron realizadas por el equipo del IMAJ en coordinación con Barrios Unidos en Cristo AC en colonias como San Andrés, Oblatos, Lomas de Oblatos, Jalisco, Polanco, Blanco y Cuéllar, Talpita, Cuauhtémoc, Tetlán y Pablo Valdez.

Los resultados de las encuestas indican que el 77 por ciento de jóvenes reconoció que al ingresar a una pandilla se iniciaron en el consumo de drogas, tabaco y alcohol. El 70 por ciento está consciente de que dentro de estos grupos no hay proyección de vida ni un futuro prometedor. El 59 por ciento sabe que daña a su barrio de diversas formas y lo convierten en un lugar donde el desarrollo humano se ve reducido por el medio ambiente que se crea en la zona, donde los más afectados son los niños y los vecinos que trabajan, viven y socializan en la zona.

El 95 por ciento de los encuestados refiere que la causa de haber sido parte de una pandilla fue la desintegración familiar, abuso en el consumo de drogas, lesiones propias y a terceros y asesinatos, en tanto que sólo el 5 por ciento dijo haber encontrado compañerismo, el apoyo que no encuentra en su casa.

El 73 por ciento de los colonos entrevistados dijo no sentirse seguro de transitar en algunas calles, a la vez que mostraron su descontento por la imagen urbana de su colonia.

El 85 por ciento de los vecinos encuestados reconocieron que si se les dotara a las familias de apoyo psicológico y ocupacional, ayudaría a evitar que los jóvenes desperdicien su tiempo en las pandillas.

El IMAJ concluye que el primer factor que orilla a ingresar a este tipo de asociaciones es principalmente la familia, “ya que al tener un núcleo familiar desintegrado, cada miembro de la familia se aparta hacia la convivencia con sus amistades”.

Por otro lado, se reconoce que la falta de espacios públicos, su abandono y la oferta inadecuada obligan a los jóvenes a pasar su tiempo libre realizando otras actividades que los llevan a cometer delitos. “Como se dice, el ocio es la madre de todos los vicios”.

Se destaca que los jóvenes, una vez enrolados en las pandillas es muy difícil que se separen de ellas, porque forjan lazos muy fuertes de fraternidad que los hacen permanecer en ellas hasta ocho años en promedio.

El IMAJ precisa que para atacar el fenómeno del pandillerismo se deben plantear programas sin límites territoriales y con la coordinación estrecha de los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara.